domingo, 10 de octubre de 2010

Transportes que trascienden la historia

   Durante cientos de miles de años los humanos llegaron a ocupar casi todas las regiones de la Tierra, desde un origen situado en el este de África a través del desplazamiento a pie, hasta que descubrieron la domesticación de animales por lo que empezaron a utilizarse caballos, asnos, renos y camellos para arrastrar cargas y como cabalgaduras. Tras el invento de la rueda se unció el asno y el caballo al primer carro utilizado por primera vez en la  Mesopotamia por los sumerios como carros de guerra 2.500 a.C.
   Con el aporte de la tecnología china se introdujo el arnés de collera duplicando la carga que podía arrastrar un solo animal. Hacia fines del siglo XVIII se comenzó a experimentar con las máquinas a vapor. El ferrocarril proviene de los vagones tirados por caballos sobre rieles de madera, usados en a minería medieval. El primer ferrocarril público se construyó en Inglaterra y en 1830, se estrenó "un carruaje de vapor" con el aporte de Watt, antecesor en cuanto al perfeccionamiento de la máquina a vapor, que llegó a cubrir vastas regiones en pocos días, antes sólo abarcables por caravanas que tardaban semanas.
   Un tipo de vía de comunicación que se desarrolló relativamente temprano fue el canal de navegación  con sus esclusas para neutralizar los efectos de mareas, desniveles y corrientes encontradas. Se construyó en el siglo XII en Flandes, y hacia fines del siglo XVII se completó el Canal du Midi, que unía el mediterráneo con el Atlántico a través de todo el sur de Francia, con cien esclusas, un túnel y varios acueductos y otras obras mayores de ingeniería.
    La combinación de los grandes ríos con estos canales fueron vías de navegación interna que podían pasar cerca de todas las ciudades importantes de a época.
   A fines de siglo comenzó a desarrollarse el motor de combustión interna, y se inauguró la era del automóvil, estableciéndose una competencia entre aquellos  impulsados por los motores a gasolina, y los que poseían una planta motriz de vapor, pero poco a poco se fueron imponiendo el motor de explosión. Los automóviles fueron un lujo de excéntricos hasta que Henry Ford comenzó en 1908 a fabricarlos en serie, en sus líneas de montaje. Con este modo de fabricación, y el desarrollo del célebre modelo T, Ford logró abaratar los automóviles de tal modo que los puso al alcance de las amplias capas de la población norteamericana, inaugurando así toda una cultura nueva, basada en el medio de transporte individual que podía cubrir largas distancias en tiempos reducidos.
   De esta manera los automóviles de pasajeros fueron imponiéndose sobre los coches de tracción animal ya que la primera aplicación masiva de vehículos utilitarios o como transporte de cargas fue militar.
El transporte automotor por otro lado entró en competencia con el ferrocarril, a medida que la industria del petróleo adquiría importancia en EE.UU. Se construyeron grandes rutas, que poco a poco fueron pavimentadas y aparecieron las autopistas como rutas de avance militar de tropas motorizadas y construidas por primera vez por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
   En cuanto al transporte por vía acuática los pueblos costeros marítimos y fluviales usaban canoas desde época remotas. Los egipcios inventaron un barco de juncos; la cultura micénica y minoica se trasladaban por todo el oriente del Mediterráneo por medio de navegación a vela y, los griegos demostraron su superioridad naval con trirremes.
   Con el descubrimiento de la brújula en China los juncos poseían velas orientables y no fueron superados en sus características de navegabilidad por los veleros europeos hasta el siglo XIX.
   En Europa septentrional los pueblos escandinavos alcanzaron el océano Atlántico, y llegaron a América antes de "descubrimiento" oficial por Colón.
    Después de las embarcaciones de remo con las galeras, el viento fue la fuerza impulsora más importante. Los barcos solo podían navegar con viento en popa (velas fijas) y cuando se inventó la vela orientable se pudo navegar con el viento de través que permitió mayor autonomía en relación a las condiciones climáticas. Tal es el caso de las carabelas de Colón y de Magallanes.
   A comienzos del siglo XIX los primeros barcos usaban paletas como complemento a la propulsión de la vela hasta que se inventó la hélice y, comenzaron a surcar los mares enormes trasatlánticos de comienzo de este siglo.
   En cuanto al transporte aéreo un precursor fue Leonardo da Vinci, en el siglo XV, que diseño varias máquinas volantes, pero no las ensayó.
   Huyghens, en 1673 desarrollaba un motor de explosión creyendo que su poco peso en relación a su potencia permitiría su aplicación al transporte aéreo. Sin embargo, en 1871 se registró el primer uso militar de la navegación aérea por medio del globo aerostático, cuando los franceses burlaron el sitio de París cruzando las líneas enemigas en el mismo.
   La aeronáutica verdadera comenzó en los últimos años del siglo XIX ya que Otto Lilienthal ensayó con éxito un planeador en 1891, y los hermanos Wright levantaron vuelo por primera vez en 1903, en un avión biplano con motor construido con materiales comunes. Sin embrago,  diez años después ya hubo batallas aéreas y bombarderos tácticos, es decir se utilizaba por primera vez aviones militares en el campo militar durante la Primera Guerra Mundial. Posteriormente, volaba el Douglas DC3, bimotor de pasajeros y funcionaba el correo aéreo transoceánico a la Argentina, después de que Charles Lindbergh atravesara por primera vez el océano Atlántico en 1927. Tras años siguientes se superaba por primera vez la velocidad del sonido y en 1952 se iniciaba la era de los aviones pasajeros con motores de reacción y después de dos décadas, volaba el primer avión supersónico de pasajeros. Hacia mediados de los años veinte, se produjo el apogeo de la epopeya de los gigantescos dirigibles, llenos de hidrógenos, del conde Zeppelín, realizando largos viajes trasatlánticos como crucero de lujo, posteriormente a ser utilizados en la Primera Guerra Mundial.


 Fuente: Buch, Thomas; "El Tecnoscopio";Aique Grupo Editor S.A.; Capítulo 18: "Los Transportes"; Bs As; 1996.















No hay comentarios:

Publicar un comentario